2. La Abadesa de Quedlimburg

Comenzando por esta última, veamos lo que nos dice de ella un autor moderno, que se ocupó del tema de las Abadesas nullius4.

Celebérrima fue en los cantones alemanes, hasta la Reforma, la fundación de Quitilingaburg o Quedlimburg, el Monasterio de los Emperadores alemanes, establecido en el año 936. De este Monasterio provinieron una serie de conventos de hombres y de mujeres, como Michaelstein, Walbeck, Müngenberg, Wenthusen y otros. La Abadesa Matilde (996-999), hija de Otón I el Grande, gobernó el Imperio desde el 997, durante el viaje a Roma de su sobrino Otón III.

Cuando bajo la Abadesa Adelaida III (1160-1184) pretendía Halberstadt la jurisdicción episcopal sobre Quedlimburg5, decidió Martino, legado del Papa, que el convento estaba libre de toda jurisdicción episcopal e inmediatamente sometido al Papado, y que la Abadesa tenía el derecho de comportarse en todo lo espiritual según su beneplácito, lo mismo que un Obispo.

La queja que hizo llegar una de estas Abadesas a la Silla Apostólica determinó, en 1222, la decision de Honorio III que se contiene en el Capítulo Dilecta6.

Notas
4

Cfr. LAURENTIUS HANsER: Abbatissae nullius?, en «Studien und Mitteilungen zur Geschichte des Benediktiner — Ordens und seiner Zweige», tomo 43, München, 1926, págs. 219 y s.

5

En el Corpus juris se denomina al Monasterio Bubrigen, sobre cuya latinización cfr. FRIEOBERG, op. cit., II, columna 201, nota 4 al capítulo XII. Los autores hablan indistintamente de la Abadesa Bubrigense, Lumburgense o Quedlimburgense (Vid. FERRARIS, op. cit., página 28).

6

Vid. supra, cap. X, nota 15.