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La soberbia, el enemigo

¿Y qué es lo que impide esta humildad, este endiosamiento bueno? La soberbia. Ese es el pecado capital que conduce al endiosamiento malo. La soberbia lleva a seguir, quizá en las cuestiones más menudas, la insinuación que Satanás presentó a nuestros primeros padres: se abrirán vuestros ojos y seréis como Dios, conocedores del bien y del mal13. Se lee también en la Escritura que el principio de la soberbia es apartarse de Dios14. Porque este vicio, una vez arraigado, influye en toda la existencia del hombre, hasta convertirse en lo que San Juan llama superbia vitae15, soberbia de la vida.

¿Soberbia? ¿De qué? La Escritura Santa recoge acentos, trágicos y cómicos a un tiempo, para estigmatizar la soberbia: ¿de qué te ensoberbeces, polvo y ceniza? Ya en vida vomitas las entrañas. Una ligera enfermedad: el médico sonríe. El hombre que hoy es rey, mañana estará muerto16.

Notas
13

Gen III, 5.

14

Ecclo X, 14.

15

1 Ioh II, 16.

16

Cfr. Ecclo X, 9, 11-12.

Referencias a la Sagrada Escritura
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