1027
Al considerar la hermosura, la grandeza y la eficacia de la tarea apostólica, aseguras que llega a dolerte la cabeza, pensando en el camino que queda por recorrer —¡cuántas almas esperan!—; y te sientes felicísimo, ofreciéndote a Jesús por esclavo suyo. Tienes ansias de Cruz y de dolor y de Amor y de almas. Sin querer, en movimiento instintivo —que es Amor—, extiendes los brazos y abres las palmas, para que El te cosa a su Cruz bendita: para ser su esclavo —«serviam!»—, que es reinar.
Este punto en otro idioma
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/forja/1027/ (19/03/2024)