1033

Haz tuyos los pensamientos de aquel amigo, que escribía: "estuve considerando las bondades de Dios conmigo y, lleno de gozo interior, hubiera gritado por la calle, para que todo el mundo se enterara de mi agradecimiento filial: ¡Padre, Padre! Y, si no gritando, por lo bajo anduve llamándole así —¡Padre!—, muchas veces, seguro de agradarle.

—Otra cosa no busco; sólo quiero su agrado y su Gloria: todo para El. Si quiero la salvación, la santificación mía, es porque sé que El la quiere. Si, en mi vida de cristiano, tengo ansias de almas, es porque sé que El tiene esas ansias. De verdad lo digo: nunca he de poner los ojos en el premio. No deseo recompensa: ¡todo por Amor!"

Este punto en otro idioma