119

No te avergüence descubrir que en el corazón tienes el «fomes peccati» —la inclinación al mal, que te acompañará mientras vivas, porque nadie está libre de esa carga.

No te avergüences, porque el Señor, que es omnipotente y misericordioso, nos ha dado todos los medios idóneos para superar esa inclinación: los Sacramentos, la vida de piedad, el trabajo santificado.

—Empléalos con perseverancia, dispuesto a comenzar y recomenzar, sin desanimarte.

Este punto en otro idioma