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Mi Señor Jesús tiene un Corazón más sensible que todos los corazones de todos los hombres buenos juntos. Si un hombre bueno (medianamente bueno) sabe que una determinada persona le quiere, sin esperar satisfacción o premio alguno (ama por amar); y conoce también que esta persona sólo desea que él no se oponga a ser amado, aunque sea de lejos…, no tardará en corresponder a un amor tan desinteresado.

—Si el Amado es tan poderoso que lo puede todo, estoy seguro de que, además de terminar por rendirse ante el amor fiel de la criatura (a pesar de las miserias de esa pobre alma), dará al amante la hermosura, la ciencia, y el poder sobrehumanos que sean precisos, para que los ojos de Jesús no se manchen, al fijarse en el pobre corazón que le adora.

—Niño, ama: ama y espera.

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