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¡Siente siempre y en todo con la Iglesia! —Adquiere, por eso, la formación espiritual y doctrinal necesaria, que te haga persona de recto criterio en tus opciones temporales, pronto y humilde para rectificar, cuando adviertas que te equivocas.

—La noble rectificación de los errores personales es un modo, muy humano y muy sobrenatural, de ejercitar la personal libertad.

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