90
Para vencer la sensualidad —porque llevaremos siempre este borriquillo de nuestro cuerpo a cuestas—, has de vivir generosamente, a diario, las pequeñas mortificaciones —y, en ocasiones, las grandes—; y has de mantenerte en la presencia de Dios, que jamás deja de mirarte.
Este punto en otro idioma
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/forja/90/ (29/03/2024)