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Estás avergonzado, delante de Dios y de los demás. Has descubierto en ti roña vieja y renovada: no hay instinto, ni tendencia mala, que no sientas a flor de piel… y tienes la nube de la incertidumbre en el corazón. Además, aparece la tentación cuando menos lo quieres o la esperas, cuando por fatiga afloja tu voluntad.

No sabes ya si te humilla, aunque te duele verte así… Pero que te duela por El, por Amor de El; esta contrición de amor te ayudará a permanecer vigilante, porque la pelea durará mientras vivamos.

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