60
La alegría de un hombre de Dios, de una mujer de Dios, ha de ser desbordante: serena, contagiosa, con gancho…; en pocas palabras, ha de ser tan sobrenatural, tan pegadiza y tan natural, que arrastre a otros por los caminos cristianos.
Materias
Este punto en otro idioma
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/surco/60/ (17/04/2024)