Lista de puntos

Hay 2 puntos en «Amigos de Dios» cuya materia es Amor humano  → la Virgen, Madre del Amor Hermoso.

Madre del Amor Hermoso

Ego quasi vitis fructificavi...: como vid eché hermosos sarmientos y mis flores dieron sabrosos y ricos frutos5. Así hemos leído en la Epístola. Que esa suavidad de olor que es la devoción a la Madre nuestra, abunde en nuestra alma y en el alma de todos los cristianos, y nos lleve a la confianza más completa en quien vela siempre por nosotros.

Yo soy la Madre del amor hermoso, del temor, de la ciencia y de la santa esperanza6. Lecciones que nos recuerda hoy Santa María. Lección de amor hermoso, de vida limpia, de un corazón sensible y apasionado, para que aprendamos a ser fieles al servicio de la Iglesia. No es un amor cualquiera este: es el Amor. Aquí no se dan traiciones, ni cálculos, ni olvidos. Un amor hermoso, porque tiene como principio y como fin el Dios tres veces Santo, que es toda la Hermosura y toda la Bondad y toda la Grandeza.

Pero se habla también de temor. No me imagino más temor que el de apartarse del Amor. Porque Dios Nuestro Señor no nos quiere apocados, timoratos, o con una entrega anodina. Nos necesita audaces, valientes, delicados. El temor que nos recuerda el texto sagrado nos trae a la cabeza aquella otra queja de la Escritura: busqué al amado de mi alma; lo busqué y no lo hallé7.

Esto puede ocurrir, si el hombre no ha comprendido hasta el fondo lo que significa amar a Dios. Sucede entonces que el corazón se deja arrastrar por cosas que no conducen al Señor. Y, como consecuencia, lo perdemos de vista. Otras veces quizá es el Señor el que se esconde: Él sabe por qué. Nos anima entonces a buscarle con más ardor y, cuando lo descubrimos, exclamamos gozosos: le así y ya no lo soltaré8.

En mí se encuentra toda gracia de doctrina y de verdad, toda esperanza de vida y de virtud10. ¡Con cuánta sabiduría la Iglesia ha puesto esas palabras en boca de nuestra Madre, para que los cristianos no las olvidemos! Ella es la seguridad, el Amor que nunca abandona, el refugio constantemente abierto, la mano que acaricia y consuela siempre.

Un antiguo Padre de la Iglesia escribe que hemos de procurar conservar en nuestra mente y en nuestra memoria un ordenado resumen de la vida de la Madre de Dios11. Habréis ojeado en tantas ocasiones esos prontuarios, de medicina, de matemáticas o de otras materias. Allí se enumeran, para cuando se requieren con urgencia, los remedios inmediatos, las medidas que se deben adoptar con el fin de no descaminarse en esas ciencias.

Notas
5

Ecclo XXIV, 23.

6

Ecclo XXIV, 24.

7

Cant III, 1.

8

Cant III, 4.

Referencias a la Sagrada Escritura
Notas
10

Ecclo XXIV, 25.

11

Cfr. S. Juan Damasceno, Homiliae in dormitionem B. V. Mariae, 2, 19 (PG 96, 751).

Referencias a la Sagrada Escritura