Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Camino» cuya materia es Devociones.

Huyamos de la «rutina» como del mismo demonio. —El gran medio para no caer en ese abismo, sepulcro de la verdadera piedad, es la continua presencia de Dios.

Ten pocas devociones particulares, pero constantes.

No olvides tus oraciones de niño, aprendidas quizá de labios de tu madre. —Recítalas cada día con sencillez, como entonces.

No dejes la Visita al Santísimo. —Luego de la oración vocal que acostumbres, di a Jesús, realmente presente en el Sagrario, las preocupaciones de la jornada. —Y tendrás luces y ánimo para tu vida de cristiano.

¡Verdaderamente es amable la Santa Humanidad de nuestro Dios! —Te «metiste» en la Llaga santísima de la mano derecha de tu Señor, y me preguntaste: «Si una Herida de Cristo limpia, sana, aquieta, fortalece y enciende y enamora, ¿qué no harán las cinco, abiertas en el madero?»

El Vía Crucis. —¡Esta sí que es devoción recia y jugosa! Ojalá te habitúes a repasar esos catorce puntos de la Pasión y Muerte del Señor, los viernes. —Yo te aseguro que sacarás fortaleza para toda la semana.

Devoción de Navidad. —No me sonrío cuando te veo componer las montañas de corcho del Nacimiento y colocar las ingenuas figuras de barro alrededor del Portal. —Nunca me has parecido más hombre que ahora, que pareces un niño.

El Santo Rosario es arma poderosa. Empléala con confianza y te maravillarás del resultado.

San José, Padre de Cristo, es también tu Padre y tu Señor. —Acude a él.

Nuestro Padre y Señor San José es Maestro de la vida interior. —Ponte bajo su patrocinio y sentirás la eficacia de su poder.

De San José dice Santa Teresa, en el libro de su vida: «Quien no hallare Maestro que le enseñe oración, tome este glorioso Santo por maestro, y no errará en el camino». —El consejo viene de alma experimentada. Síguelo.

Ten confianza con tu Ángel Custodio. —Trátalo como un entrañable amigo —lo es— y él sabrá hacerte mil servicios en los asuntos ordinarios de cada día.