Lista de puntos
Me has escrito: «La sencillez es como la sal de la perfección. Y es lo que a mí me falta. Quiero lograrla, con la ayuda de Él y de usted».
—Ni la de Él ni la mía te faltará. —Pon los medios.
Confusionismo. —Supe que vacilaba la rectitud de tu criterio. Y, para que me entendieras, te escribí: el diablo tiene la cara muy fea, y, como sabe tanto, no se expone a que le veamos los cuernos. No va de frente.
—Por eso, ¡cuántas veces viene con disfraz de nobleza y hasta de espiritualidad!
¡Cuántos crímenes se cometen en nombre de la justicia! Si tú vendieras armas de fuego y alguien te diera el precio de una de ellas, para matar con esa arma a tu madre, ¿se la venderías?... Pues ¿acaso no te daba su justo precio?...
—Catedrático, periodista, político, hombre de diplomacia: meditad.
No confundamos los derechos del cargo con los de la persona. —Aquellos no pueden ser renunciados.
Esa falsa humildad es comodidad: así, tan humildico, vas haciendo dejación de derechos... que son deberes.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/1320/ (02/05/2024)