Lista de puntos
Antes, como los conocimientos humanos —la ciencia— eran muy limitados, parecía muy posible que un solo individuo sabio pudiera hacer la defensa y apología de nuestra Santa Fe.
Hoy, con la extensión y la intensidad de la ciencia moderna, es preciso que los apologistas se dividan el trabajo para defender en todos los terrenos científicamente a la Iglesia.
—Tú... no te puedes desentender de esta obligación.
Estudia. —Estudia con empeño. —Si has de ser sal y luz, necesitas ciencia, idoneidad.
¿O crees que por vago y comodón vas a recibir ciencia infusa?
No olvides que antes de enseñar hay que hacer. —«Coepit facere et docere», dice de Jesucristo la Escritura Santa: comenzó a hacer y a enseñar.
—Primero, hacer. Para que tú y yo aprendamos.
¡Cultura, cultura! —Bueno: que nadie nos gane a ambicionarla y poseerla.
—Pero, la cultura es medio y no fin.
Estudiante: fórmate en una piedad sólida y activa, destaca en el estudio, siente anhelos firmes de apostolado profesional. —Y yo te prometo, con ese vigor de tu formación religiosa y científica, prontas y dilatadas expansiones.
Sólo te preocupas de edificar tu cultura. —Y es preciso edificar tu alma. —Así trabajarás como debes, por Cristo: para que Él reine en el mundo hace falta que haya quienes, con la vista en el cielo, se dediquen prestigiosamente a todas las actividades humanas, y, desde ellas, ejerciten calladamente —y eficazmente— un apostolado de carácter profesional.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/1323/ (09/05/2024)