Lista de puntos

Hay 10 puntos en «Camino» cuya materia es Jesucristo.

Egoísta. —Tú, siempre a «lo tuyo». —Pareces incapaz de sentir la fraternidad de Cristo: en los demás, no ves hermanos; ves peldaños.

Presiento tu fracaso rotundo. —Y, cuando estés hundido, querrás que vivan contigo la caridad que ahora no quieres vivir.

Jesús no se satisface «compartiendo»: lo quiere todo.

«Me hizo gracia que hable usted de la ‘cuenta’ que le pedirá Nuestro Señor. No, para ustedes no será Juez —en el sentido austero de la palabra— sino simplemente Jesús». —Esta frase, escrita por un Obispo santo, que ha consolado más de un corazón atribulado, bien puede consolar el tuyo.

Ese Cristo, que tú ves, no es Jesús. —Será, en todo caso, la triste imagen que pueden formar tus ojos turbios... —Purifícate. Clarifica tu mirada con la humildad y la penitencia. Luego... no te faltarán las limpias luces del Amor. Y tendrás una visión perfecta. Tu imagen será realmente la suya: ¡Él!

Contigo, Jesús, ¡qué placentero es el dolor y qué luminosa la oscuridad!

Cristo ha muerto por ti. —Tú... ¿qué debes hacer por Cristo?

Al regalarte aquella Historia de Jesús, puse como dedicatoria: «Que busques a Cristo: Que encuentres a Cristo: Que ames a Cristo».

—Son tres etapas clarísimas. ¿Has intentado, por lo menos, vivir la primera?

«Nonne hic est fabri filius? Nonne hic est faber, filius Mariae?» —¿Acaso este no es hijo del artesano? ¿No es el artesano hijo de María?

—Esto, que dijeron de Jesús, es muy posible que lo digan de ti, con un poco de pasmo y otro poco de burla, cuando «definitivamente» quieras cumplir la Voluntad de Dios, ser instrumento: Pero, ¿no es este aquel?...

—Calla. Y que tus obras confirmen tu misión.

Enciende tu fe. —No es Cristo una figura que pasó. No es un recuerdo que se pierde en la historia.

¡Vive!: «Jesus Christus heri et hodie: ipse et in saecula!» —dice San Pablo— ¡Jesucristo ayer y hoy y siempre!

Jesús: por dondequiera que has pasado no quedó un corazón indiferente. —O se te ama o se te odia.

Cuando un varón-apóstol te sigue, cumpliendo su deber, ¿podrá extrañarme —¡si es otro Cristo!— que levante parecidos murmullos de aversión o de afecto?

Referencias a la Sagrada Escritura
Referencias a la Sagrada Escritura