Lista de puntos
No quieres sujetarte a la Voluntad de Dios... y te acomodas, en cambio, a la voluntad de cualquier criaturilla.
¿Estás sufriendo una gran tribulación? —¿Tienes contradicciones? Di, muy despacio, como paladeándola, esta oración recia y viril:
«Hágase, cúmplase, sea alabada y eternamente ensalzada la justísima y amabilísima Voluntad de Dios, sobre todas las cosas. —Amén. —Amén.»
Yo te aseguro que alcanzarás la paz.
No tengas miedo a la muerte. —Acéptala, desde ahora, generosamente..., cuando Dios quiera..., como Dios quiera..., donde Dios quiera. —No lo dudes: vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga..., enviada por tu Padre-Dios. —¡Bienvenida sea nuestra hermana la muerte!
¿Resignación?... ¿Conformidad?... ¡Querer la Voluntad de Dios!
Acto de identificación con la Voluntad de Dios:
¿Lo quieres, Señor?... ¡Yo también lo quiero!
Más quiero tu Voluntad, Dios mío, que no cumpliéndola —si pudiera ser tal disparate—, la misma gloria.
Jesús, lo que tú «quieras»... yo lo amo.
Escalones: Resignarse con la Voluntad de Dios: Conformarse con la Voluntad de Dios: Querer la Voluntad de Dios: Amar la Voluntad de Dios.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/2569/ (08/05/2024)