Lista de puntos

Hay 10 puntos en «Camino» cuya materia es Sacrificio.

Poco recio es tu carácter: ¡qué afán de meterte en todo! —Te empeñas en ser la sal de todos los platos... Y —no te enfadarás porque te hable claro— tienes poca gracia para ser sal: y no eres capaz de deshacerte y pasar inadvertido a la vista, igual que ese condimento.

Te falta espíritu de sacrificio. Y te sobra espíritu de curiosidad y de exhibición.

Bebamos hasta la última gota del cáliz del dolor en la pobre vida presente. —¿Qué importa padecer diez años, veinte, cincuenta..., si luego es el cielo para siempre, para siempre..., para siempre?

—Y, sobre todo —mejor que la razón apuntada, «propter retributionem»—, ¿qué importa padecer si se padece por consolar, por dar gusto a Dios nuestro Señor, con espíritu de reparación, unido a Él en su Cruz, en una palabra: si se padece por Amor?...

El mundo admira solamente el sacrificio con espectáculo, porque ignora el valor del sacrificio escondido y silencioso.

Hay que darse del todo, hay que negarse del todo: es preciso que el sacrificio sea holocausto.

Que eres... nadie. —Que otros han levantado y levantan ahora maravillas de organización, de prensa, de propaganda. —¿Que tienen todos los medios, mientras tú no tienes ninguno?... Bien: acuérdate de Ignacio:

Ignorante, entre los doctores de Alcalá. —Pobre, pobrísimo, entre los estudiantes de París. —Perseguido, calumniado...

Es el camino: ama y cree y ¡sufre!: tu Amor y tu Fe y tu Cruz son los medios infalibles para poner por obra y para eternizar las ansias de apostolado que llevas en tu corazón.

«Ideo omnia sustineo propter electos» —todo lo sufro, por los escogidos, «ut et ipsi salutem consequantur» —para que ellos obtengan la salvación, «quae est in Christo Jesu» —que está en Cristo Jesús.

—¡Buen modo de vivir la Comunión de los Santos!

—Pide al Señor que te dé ese espíritu de San Pablo.

No pretendas que te «comprendan». —Esa incomprensión es providencial: para que tu sacrificio pase oculto.

«No se puede ser raíz y copa, sino siendo savia, espíritu, cosa que va por dentro».

—El amigo tuyo que escribió esas palabras sabía que eras noblemente ambicioso. —Y te enseñó el camino: la discreción, el sacrificio, ¡ir por dentro!

Tienes obligación de pedir y sacrificarte por la persona e intenciones de «quien hace Cabeza» en tu empresa de apostolado. —Si eres remiso en el cumplimiento de este deber, me haces pensar que te falta entusiasmo por tu camino.

Ausencia, aislamiento: pruebas para la perseverancia. —Santa Misa, oración, sacramentos, sacrificios: ¡comunión de los santos!: armas para vencer en la prueba.

Referencias a la Sagrada Escritura