Lista de puntos

Hay 8 puntos en «Camino» cuya materia es Temor de Dios.

En tu alma parece que materialmente oyes: «¡ese prejuicio religioso!»... —Y después la defensa elocuente de todas las miserias de nuestra pobre carne caída: «¡sus derechos!».

Cuando esto te suceda di al enemigo que hay ley natural y ley de Dios, ¡y Dios! —Y también infierno.

Me duele ver el peligro de tibieza en que te encuentras cuando no te veo ir seriamente a la perfección dentro de tu estado.

—Di conmigo: ¡no quiero tibieza!: «confige timore tuo carnes meas!» —¡dame, Dios mío, un temor filial, que me haga reaccionar!

No olvides, hijo, que para ti en la tierra sólo hay un mal, que habrás de temer, y evitar con la gracia divina: el pecado.

«Timor Domini sanctus». —Santo es el temor de Dios. —Temor que es veneración del hijo para su Padre, nunca temor servil, porque tu Padre-Dios no es un tirano.

«Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas». —Luego, ¿el hombre pecador tiene su hora? —Sí..., ¡y Dios su eternidad!

Hay mucha propensión en las almas mundanas a recordar la Misericordia del Señor. —Y así se animan a seguir adelante en sus desvaríos.

Es verdad que Dios Nuestro Señor es infinitamente misericordioso, pero también es infinitamente justo: y hay un juicio, y Él es el Juez.

Hay infierno. —Una afirmación que, para ti, tiene visos de perogrullada. —Te la voy a repetir: ¡hay infierno!

Hazme tú eco, oportunamente, al oído de aquel compañero... y de aquel otro.

Siempre. —¡Para siempre! —Palabras manoseadas por el afán humano de prolongar —de eternizar— lo que es gustoso.

Palabras mentirosas, en la tierra, donde todo se acaba.

Referencias a la Sagrada Escritura
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