Lista de puntos
Buscas la compañía de amigos que con su conversación y su afecto, con su trato, te hacen más llevadero el destierro de este mundo..., aunque los amigos a veces traicionan. —No me parece mal.
Pero... ¿cómo no frecuentas cada día con mayor intensidad la compañía, la conversación con el Gran Amigo, que nunca traiciona?
Me has escrito: «orar es hablar con Dios. Pero, ¿de qué?» —¿De qué? De Él, de ti: alegrías, tristezas, éxitos y fracasos, ambiciones nobles, preocupaciones diarias..., ¡flaquezas!: y hacimientos de gracias y peticiones: y Amor y desagravio.
En dos palabras: conocerle y conocerte: «¡tratarse!»
Un amigo es un tesoro. —Pues... ¡un Amigo!..., que donde está tu tesoro allí está tu corazón.
Jesús es tu amigo. —El Amigo. —Con corazón de carne, como el tuyo. —Con ojos, de mirar amabilísimo, que lloraron por Lázaro...Y tanto como a Lázaro, te quiere a ti.
Dile, a... ese, que necesito cincuenta hombres que amen a Jesucristo sobre todas las cosas.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/camino/445/ (05/05/2024)