Lista de puntos

Hay 8 puntos en «Camino» cuya materia es Ciencia → apostolado de la inteligencia.

Antes, como los conocimientos humanos —la ciencia— eran muy limitados, parecía muy posible que un solo individuo sabio pudiera hacer la defensa y apología de nuestra Santa Fe.

Hoy, con la extensión y la intensidad de la ciencia moderna, es preciso que los apologistas se dividan el trabajo para defender en todos los terrenos científicamente a la Iglesia.

—Tú... no te puedes desentender de esta obligación.

Estudia. —Estudia con empeño. —Si has de ser sal y luz, necesitas ciencia, idoneidad.

¿O crees que por vago y comodón vas a recibir ciencia infusa?

Educador: el empeño innegable que pones en conocer y practicar el mejor método para que tus alumnos adquieran la ciencia terrena ponlo también en conocer y practicar la ascética cristiana, que es el único método para que ellos y tú seáis mejores.

Sólo te preocupas de edificar tu cultura. —Y es preciso edificar tu alma. —Así trabajarás como debes, por Cristo: para que Él reine en el mundo hace falta que haya quienes, con la vista en el cielo, se dediquen prestigiosamente a todas las actividades humanas, y, desde ellas, ejerciten calladamente —y eficazmente— un apostolado de carácter profesional.

Libros. —Extendí la mano, como un pobrecito de Cristo, y pedí libros. ¡Libros!, que son alimento, para la inteligencia católica, apostólica y romana de muchos jóvenes universitarios.

—Extendí la mano, como un pobrecito de Cristo... ¡y me llevé cada chasco!

—¿Por qué no entienden, Jesús, la honda caridad cristiana de esa limosna, más eficaz que dar pan de buen trigo?

Servir de altavoz al enemigo es una idiotez soberana; y, si el enemigo es enemigo de Dios, es un gran pecado. —Por eso, en el terreno profesional, nunca alabaré la ciencia de quien se sirve de ella como cátedra para atacar a la Iglesia.

¡Hombre! Ponle en ridículo. —Dile que está pasado de moda: parece mentira que aún haya gente empeñada en creer que es buen medio de locomoción la diligencia... —Esto, para los que renuevan volterianismos de peluca empolvada, o liberalismos desacreditados del XIX.

«Venite post me, et faciam vos fieri piscatores hominum» —venid detrás de mí, y os haré pescadores de hombres. —No sin misterio emplea el Señor estas palabras: a los hombres —como a los peces— hay que cogerlos por la cabeza.

¡Qué hondura evangélica tiene el «apostolado de la inteligencia»!

Referencias a la Sagrada Escritura