Lista de puntos

Hay 8 puntos en «Camino» cuya materia es Cosas pequeñas  → y la lucha ascética .

¡Cuántos que se dejarían enclavar en una cruz, ante la mirada atónita de millares de espectadores, no saben sufrir cristianamente los alfilerazos de cada día! —Piensa, entonces, qué es lo más heroico.

Leíamos —tú y yo— la vida heroicamente vulgar de aquel hombre de Dios. —Y le vimos luchar, durante meses y años (¡qué «contabilidad», la de su examen particular!), a la hora del desayuno: hoy vencía, mañana era vencido... Apuntaba: «no tomé mantequilla..., ¡tomé mantequilla!»

Ojalá también vivamos —tú y yo— nuestra... «tragedia» de la mantequilla.

Ese modo sobrenatural de proceder es una verdadera táctica militar. —Sostienes la guerra —las luchas diarias de tu vida interior— en posiciones, que colocas lejos de los muros capitales de tu fortaleza.

Y el enemigo acude allí: a tu pequeña mortificación, a tu oración habitual, a tu trabajo ordenado, a tu plan de vida: y es difícil que llegue a acercarse hasta los torreones, flacos para el asalto, de tu castillo. —Y si llega, llega sin eficacia.

Los pecados veniales hacen mucho daño al alma. —Por eso, «capite nobis vulpes parvulas, quae demoliuntur vineas», dice el Señor en el «Cantar de los Cantares»: cazad las pequeñas raposas que destruyen la viña.

Que tu virtud no sea una virtud sonora.

El enemigo: ¿obedecerás... hasta en ese detalle «ridículo»? —Tú, con la gracia de Dios: obedeceré... hasta en ese detalle «heroico».

El día que te levantes de la mesa sin haber hecho una pequeña mortificación has comido como un pagano.

No puedes «subir». —No es extraño: ¡aquella caída!...

Persevera y «subirás». —Recuerda lo que dice un autor espiritual: tu pobre alma es pájaro, que todavía lleva pegadas con barro sus alas.

Hacen falta soles de cielo y esfuerzos personales, pequeños y constantes, para arrancar esas inclinaciones, esas imaginaciones, ese decaimiento: ese barro pegadizo de tus alas.

Y te verás libre. —Si perseveras, «subirás».

Referencias a la Sagrada Escritura