Lista de puntos

Hay 6 puntos en «Camino» cuya materia es Dirección espiritual  → docilidad, obediencia .

Madera de santo. —Eso dicen de algunas gentes: que tienen madera de santos. —Aparte de que los santos no han sido de madera, tener madera no basta.

Se precisa mucha obediencia al Director y mucha docilidad a la gracia. —Porque, si no se deja a la gracia de Dios y al Director que hagan su obra, jamás aparecerá la escultura, imagen de Jesús, en que se convierte el hombre santo.

Y la «madera de santo», de que venimos hablando, no pasará de ser un leño informe, sin labrar, para el fuego... ¡para un buen fuego si era buena madera!

Conviene que conozcas esta doctrina segura: el espíritu propio es mal consejero, mal piloto, para dirigir el alma en las borrascas y tempestades, entre los escollos de la vida interior.

Por eso es Voluntad de Dios que la dirección de la nave la lleve un Maestro, para que, con su luz y conocimiento, nos conduzca a puerto seguro.

Si no levantarías sin un arquitecto una buena casa para vivir en la tierra, ¿cómo quieres levantar sin Director el alcázar de tu santificación para vivir eternamente en el cielo?

Tú —piensas— tienes mucha personalidad: tus estudios —tus trabajos de investigación, tus publicaciones—, tu posición social —tus apellidos—, tus actuaciones políticas —los cargos que ocupas—, tu patrimonio..., tu edad, ¡ya no eres un niño!...

Precisamente por todo eso necesitas más que otros un Director para tu alma.

Libros: no los compres sin aconsejarte de personas cristianas, doctas y discretas. —Podrías comprar una cosa inútil o perjudicial.

¡Cuántas veces creen llevar debajo del brazo un libro... y llevan una carga de basura!

Esa trepidación de tu espíritu, la tentación, que te envuelve, es como una venda sobre los ojos de tu alma.

Estás a oscuras. —No te empeñes en andar solo, porque, solo, caerás. —Ve a tu Director —a tu superior— y él hará que oigas aquellas palabras de Rafael Arcángel a Tobías:

«Forti animo esto, in proximo est ut a Deo cureris» —Ten ánimo, que pronto te curará Dios. —Sé obediente, y caerán las escamas, caerá la venda de tus ojos, y Dios te llenará de gracia y de paz.

Referencias a la Sagrada Escritura