Lista de puntos

Hay 9 puntos en «Forja» cuya materia es Gloria de Dios.

No esperes por tu labor el aplauso de las gentes.

—¡Más!: no esperes siquiera, a veces, que te comprendan otras personas e instituciones, que también trabajan por Cristo.

—Busca sólo la gloria de Dios y, amando a todos, no te preocupe que otros no te entiendan.

Estás como el pobrete que de pronto se entera de que es ¡hijo del Rey! —Por eso, ya sólo te preocupa en la tierra la Gloria —toda la Gloria— de tu Padre Dios.

Dedicaremos todos los afanes de nuestra vida —grandes y pequeños— a la honra de Dios Padre, de Dios Hijo, de Dios Espíritu Santo.

—Recuerdo con emoción el trabajo de aquellos universitarios brillantes —dos ingenieros y dos arquitectos—, ocupados gustosamente en la instalación material de una residencia de estudiantes. En cuanto colocaron el encerado en una clase, lo primero que escribieron los cuatro artistas fue: «Deo omnis gloria!» —toda la gloria para Dios.

—Ya sé que te encantó, Jesús.

«Regnare Christum volumus!» —queremos que Cristo reine. «Deo omnis gloria!» —para Dios toda la gloria.

Este ideal de guerrear —y vencer— con las armas de Cristo, solamente se hará realidad por la oración y el sacrificio, por la fe y el Amor.

—Pues…, ¡a orar, y a creer, y a sufrir, y a Amar!

Has de permanecer vigilante, para que tus éxitos profesionales o tus fracasos —¡que vendrán!— no te hagan olvidar, aunque sólo sea momentáneamente, cuál es el verdadero fin de tu trabajo: ¡la gloria de Dios!

No vivimos para la tierra, ni para nuestra honra, sino para la honra de Dios, para la gloria de Dios, para el servicio de Dios: ¡esto es lo que nos ha de mover!

La rectitud de intención está en buscar "sólo y en todo" la gloria de Dios.

Te aconsejo que no busques la alabanza propia, ni siquiera la que merecerías: es mejor pasar oculto, y que lo más hermoso y noble de nuestra actividad, de nuestra vida, quede escondido… ¡Qué grande es este hacerse pequeños!: «Deo omnis gloria!» —toda la gloria, para Dios.

El barro fue mi principio y la tierra es la herencia de todo mi linaje.

¿Quién, sino Dios, merece alabanza?

Referencias a la Sagrada Escritura