Lista de puntos
No confundas la serenidad con la pereza, con el abandono, con el retraso en las decisiones o en el estudio de los asuntos.
La serenidad se complementa siempre con la diligencia, virtud necesaria para considerar y resolver, sin demora, las cuestiones pendientes.
Estamos obligados a trabajar, y a trabajar a conciencia, con sentido de responsabilidad, con amor y perseverancia, sin abandonos ni ligerezas: porque el trabajo es un mandato de Dios, y a Dios, como dice el salmista, hay que obedecerle «in lætitia» —¡con alegría!
Necesitas formación, porque has de tener un hondo sentido de responsabilidad, que promueva y anime la actuación de los católicos en la vida pública, con el respeto debido a la libertad de cada uno, y recordando a todos que han de ser coherentes con su fe.
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/forja/2095/ (05/05/2024)