Lista de puntos

Hay 12 puntos en «Forja» cuya materia es Testimonio.

Deseo que tu comportamiento sea como el de Pedro y el de Juan: que lleves a tu oración, para hablar con Jesús, las necesidades de tus amigos, de tus colegas…, y que luego, con tu ejemplo, puedas decirles: «respice in nos!» —¡miradme!

Considera qué pasaría si los cristianos no quisiéramos vivir como tales…, ¡y rectifica tu conducta!

¡Santo! El hijo de Dios deberá exagerar en virtud, si cabe en esto exageración…, porque los demás se mirarán en él, como en un espejo y, sólo apuntando muy alto, se quedarán ellos en el punto medio.

¡Vive la vida cristiana con naturalidad! Insisto: da a conocer a Cristo en tu conducta, como reproduce la imagen un espejo normal, que no deforma, que no hace caricatura. —Si eres normal, como ese espejo, reflejarás la vida de Cristo, y la mostrarás a los demás.

Necesitas vida interior y formación doctrinal. ¡Exígete! —Tú —caballero cristiano, mujer cristiana— has de ser sal de la tierra y luz del mundo, porque estás obligado a dar ejemplo con una santa desvergüenza.

—Te ha de urgir la caridad de Cristo y, al sentirte y saberte otro Cristo desde el momento en que le has dicho que le sigues, no te separarás de tus iguales —tus parientes, tus amigos, tus colegas—, lo mismo que no se separa la sal del alimento que condimenta.

Tu vida interior y tu formación comprenden la piedad y el criterio que ha de tener un hijo de Dios, para sazonarlo todo con su presencia activa.

Pide al Señor que siempre seas ese buen condimento en la vida de los demás.

Necesitas imitar a Jesucristo, y darlo a conocer con tu conducta. No me olvides que Cristo asumió nuestra naturaleza, para introducir a todos los hombres en la vida divina, de modo que —uniéndonos a El— vivamos individual y socialmente los mandatos del Cielo.

Cuando te hablo del "buen ejemplo", quiero indicarte también que has de comprender y disculpar, que has de llenar el mundo de paz y de amor.

Cristiano: estás obligado a ser ejemplar en todos los terrenos, también como ciudadano, en el cumplimiento de las leyes encaminadas al bien común.

Ya que eres tan exigente en que, hasta en los servicios públicos, los demás cumplan sus obligaciones —¡es un deber!, afirmas—, ¿has pensado si respetas tu horario de trabajo, si lo realizas a conciencia?

Observa todos tus deberes cívicos, sin querer sustraerte al cumplimiento de ninguna obligación; y ejercita todos tus derechos, en bien de la colectividad, sin exceptuar imprudentemente ninguno.

—También has de dar ahí testimonio cristiano.

Enfréntate con los problemas de este mundo, con sentido sobrenatural y de acuerdo con las normas morales, que no amenazan ni destruyen la personalidad, aunque sí la encauzan.

—Conferirás así a tu conducta una fuerza vital, que arrastre; y te confirmarás en tu marcha por el recto camino.

Por tu condición de ciudadano corriente, precisamente por ese "laicismo" tuyo, igual —ni más, ni menos— al de tus colegas, has de tener la valentía, que en ocasiones no será poca, de hacer "tangible" tu fe: que vean tus buenas obras y el motivo que te empuja.

Referencias a la Sagrada Escritura