Lista de puntos
«Nam, et si ambulavero in medio umbræ mortis, non timebo mala» —aunque anduviere en medio de las sombras de la muerte, no tendré temor alguno. Ni mis miserias, ni las tentaciones del enemigo han de preocuparme, «quoniam tu mecum es» —porque el Señor está conmigo.
Lázaro resucitó porque oyó la voz de Dios: y enseguida quiso salir de aquel estado. Si no hubiera "querido" moverse, habría muerto de nuevo.
Propósito sincero: tener siempre fe en Dios; tener siempre esperanza en Dios; amar siempre a Dios…, que nunca nos abandona, aunque estemos podridos como Lázaro.
Cuando hayas caído, o te encuentres agobiado por la carga de tus miserias, repite con segura esperanza: Señor, mira que estoy enfermo; Señor, Tú, que por amor has muerto en la Cruz por mí, ven a curarme.
Confía, insisto: persevera llamando a su Corazón amantísimo. Como a los leprosos del Evangelio, te dará la salud.
Acto de fe: ¡contra El no se puede! ¡Ni contra los suyos!
—No lo olvides.
Presentan a Jesús un enfermo, y El le mira. —Contempla bien la escena y medita sus palabras: «confide, fili» —ten confianza, hijo.
Eso te dice el Señor, cuando sientes el peso de los errores: ¡fe! La fe es lo primero; después, dejarse llevar como el paralítico: ¡obediencia interior y sumisa!
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/forja/731/ (04/05/2024)