Lista de puntos

Hay 9 puntos en «Forja» cuya materia es Conversión → rectificar.

Acercarse un poco más a Dios quiere decir estar dispuesto a una nueva conversión, a una nueva rectificación, a escuchar atentamente sus inspiraciones —los santos deseos que hace brotar en nuestras almas—, y a ponerlos por obra.

Por mi miseria, me quejaba yo a un amigo de que parece que Jesús está de paso… y de que me deja solo.

—Al instante, reaccioné con dolor, lleno de confianza: no es así, Amor mío: yo soy quien, sin duda, se apartó de Ti: ¡ya no más!

¡No me seas comodón! No esperes el año nuevo para tomar resoluciones: todos los días son buenos para las decisiones buenas. «Hodie, nunc!» —¡Hoy, ahora!

Suelen ser unos pobres derrotistas los que esperan el año nuevo para comenzar…, porque, además, luego… ¡no comienzan!

Si has cometido un error, pequeño o grande, ¡vuelve corriendo a Dios!

—Saborea las palabras del salmo: «cor contritum et humiliatum, Deus, non despicies» —el Señor jamás despreciará ni se desentenderá de un corazón contrito y humillado.

¿Qué te he hecho, Jesús, para que así me quieras? Ofenderte… y amarte.

—Amarte: a esto va a reducirse mi vida.

Di despacio, con ánimo sincero: nunc coepi! —¡ahora comienzo!

No te desanimes si, desgraciadamente, no ves en ti la mudanza, efecto de la diestra del Señor…: desde la bajeza tuya, puedes gritar: ¡ayúdame, Jesús mío, porque quiero cumplir tu Voluntad…, tu amabilísima Voluntad!

¿Hay algo en tu vida que no responde a tu condición de cristiano y que te lleve a no querer purificarte?

—Examínate y cambia.

Mira tu conducta con detenimiento. Verás que estás lleno de errores, que te hacen daño a ti y quizá también a los que te rodean.

—Recuerda, hijo, que no son menos importantes los microbios que las fieras. Y tú cultivas esos errores, esas equivocaciones —como se cultivan los microbios en el laboratorio—, con tu falta de humildad, con tu falta de oración, con tu falta de cumplimiento del deber, con tu falta de propio conocimiento… Y, después, esos focos infectan el ambiente.

—Necesitas un buen examen de conciencia diario, que te lleve a propósitos concretos de mejora, porque sientas verdadero dolor de tus faltas, de tus omisiones y pecados.

Si fueras consecuente, ahora que has visto su luz, desearías ser tan santo, como tan gran pecador has sido: y lucharías por hacer realidad esas ansias.

Referencias a la Sagrada Escritura
Referencias a la Sagrada Escritura