Lista de puntos

Hay 6 puntos en «Forja» cuya materia es Docilidad → docilidad a la gracia.

¡Cuánta villanía en mi conducta, y cuánta infidelidad a la gracia!

—Madre mía, Refugio de pecadores, ruega por mí; que nunca más entorpezca la obra de Dios en mi alma.

Sequedad interior no es tibieza. En el tibio, el agua de la gracia no empapa, resbala… En cambio, hay secanos en apariencia áridos que, con pocas gotas de lluvia, se colman a su tiempo de flores y de sabrosos frutos.

Por eso, ¿cuándo nos convenceremos?: ¡qué importancia tiene la docilidad a las llamadas divinas de cada instante, porque Dios nos espera precisamente ahí!

Dios nos quiere infinitamente más de lo que tú mismo te quieres… ¡Déjale, pues, que te exija!

Nuestro Señor Jesús lo quiere: es preciso seguirle de cerca. No hay otro camino.

Esta es la obra del Espíritu Santo en cada alma —en la tuya—, y has de ser dócil, para no poner obstáculos a tu Dios.

Déjate modelar por los golpes —fuertes o delicados— de la gracia. Esfuérzate en no ser obstáculo, sino instrumento. Y, si quieres, tu Madre Santísima te ayudará, y serás canal, en lugar de piedra que tuerza el curso de las aguas divinas.

Señor, ayúdame a serte fiel y dócil, «sicut lutum in manu figuli» —como el barro en las manos del alfarero. —Y así no viviré yo, sino que en mí vivirás y obrarás Tú, Amor.

Referencias a la Sagrada Escritura