Lista de puntos

Hay 3 puntos en «Surco» cuya materia es Testimonio → de alegría.

“Sois todos tan alegres que uno no se lo espera”, oí comentar.

De lejos viene el empeño diabólico de los enemigos de Cristo, que no se cansan de murmurar que la gente entregada a Dios es de la “encapotada”. Y, desgraciadamente, algunos de los que quieren ser “buenos” les hacen eco, con sus “virtudes tristes”.

—Te damos gracias, Señor, porque has querido contar con nuestras vidas, dichosamente alegres, para borrar esa falsa caricatura.

—Te pido también que no lo olvidemos.

La alegría de un hombre de Dios, de una mujer de Dios, ha de ser desbordante: serena, contagiosa, con gancho…; en pocas palabras, ha de ser tan sobrenatural, tan pegadiza y tan natural, que arrastre a otros por los caminos cristianos.

¡Has rejuvenecido! Efectivamente, adviertes que el trato con Dios te ha devuelto en poco tiempo a la época sencilla y feliz de la juventud, incluso a la seguridad y gozo —sin niñadas— de la infancia espiritual… Miras a tu alrededor, y compruebas que a los demás les sucede otro tanto: transcurren los años desde su encuentro con el Señor y, con la madurez, se robustecen una juventud y una alegría indelebles; no están jóvenes: ¡son jóvenes y alegres!

Esta realidad de la vida interior atrae, confirma y subyuga a las almas. Agradéceselo diariamente «ad Deum qui laetificat iuventutem» —al Dios que llena de alegría tu juventud.

Referencias a la Sagrada Escritura