Lista de puntos
Desde que le dijiste “sí”, el tiempo va cambiando el color del horizonte —cada día, más bello—, que brilla más amplio y luminoso. Pero has de continuar diciendo “sí”.
Sinceridad: con Dios, con el Director, con tus hermanos los hombres. —Así estoy seguro de tu perseverancia.
“Quisiera —me escribes— que mi lealtad y mi perseverancia fueran tan sólidas y tan eternas, y mi servicio tan vigilante y amoroso, que pudiera usted alegrarse en mí y le fuese yo un pequeño descanso”.
—Y te contesto: Dios te confirme en tu propósito, para que le seamos ayuda y descanso a El.
Es cierto que algunos que se entusiasman, después se van… No te preocupes: son aguja de la que se sirve Dios para meter el hilo.
—¡Ah, y encomiéndalos!, porque tal vez se puede lograr que continúen empujando a otros.
Perseverar es persistir en el amor, «per Ipsum et cum Ipso et in Ipso…», que realmente podemos interpretar también así: ¡El!, conmigo, por mí y en mí.
En cuerpo y alma ha subido a los Cielos nuestra Madre. Repítele que, como hijos, no queremos separarnos de Ella… ¡Te escuchará!
Documento imprimido desde https://escriva.org/es/book-subject/surco/277/ (02/05/2024)