182
¡Qué compasión te inspiran!… Querrías gritarles que están perdiendo el tiempo… ¿Por qué son tan ciegos, y no perciben lo que tú —miserable— has visto? ¿Por qué no han de preferir lo mejor?
—Reza, mortifícate, y luego —¡tienes obligación!— despiértales uno a uno, explicándoles —también uno a uno— que, lo mismo que tú, pueden encontrar un camino divino, sin abandonar el lugar que ocupan en la sociedad.
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Documento imprimido desde https://escriva.org/es/surco/182/ (28/04/2024)