14. La celebridad de Las Huelgas y su importancia: histórica, artística, arquitectónica y musical

Bien se entiende que cuantos se ocuparon de Las Huelgas no encontraran frases con que expresar su poderío y magnificencia y su fama ciertamente universal. Con razón ha podido llamársele «la casa de religiosas de mayor autoridad en todos los reinos de España»68 y aun mejor «el más ilustre monasterio de España y acaso de la Cristiandad»69.

Su importancia es excepcional para el conocimiento de nuestra historia. Desde el punto de vista de la historia política, porque allí se conservan los sepulcros de multitud de reyes, príncipes e infantes70; desde el punto de vista documental, porque en la colección diplomática de su Archivo quedaron recogidas pruebas escritas de sucesos históricos de gran relieve, así como buen número de fueros y cartas-pueblas de indudable trascendencia para la historia de nuestro Derecho, sin olvidar tampoco el interés filológico e histórico-geográfico que ofrece el estudio de tales documentos71.

Por lo que mira al aspecto artístico del célebre Monasterio son de notar, a más de los sepulcros que encierra, los tapices, trípticos y curiosidades de todo género que en él se conservan, entre las que descuella el estandarte de las Navas72; y su misma arquitectura, que al decir de LAMPÉREZ Y ROMEA73, presenta caracteres especialísimos dentro de las reglas generales de la cisterciense, y es, además, el prototipo de la arquitectura gótica de la región burgalesa74.

La grandeza extraordinaria de Las Huelgas hubiera sido incompleta de faltarle música adecuada para festejar, de una parte, a la gente de real estirpe llegada con frecuencia al Monasterio en días memorables, como coronaciones, bodas y visitas reales, y de otra, música digna para mantener el culto religioso con la solemnidad y esplendidez que correspondía a institución tan preclara.

Y en efecto, al Monasterio acudían los mejores músicos de las Cortes de España75 y de Francia en esos días de fiestas y alegría, y el Monasterio mismo debió de tener una capilla musical importantísima, como lo indica el Códice polifónico llegado hasta nosotros, que contiene una muestra del repertorio completo de la música a voces de los templos hispanos durante los siglos XIII y XIV, códice que abre caminos nuevos para el estudio de la Ars antigua dentro de la península76, y que sin duda fue precedido de otros códices más fieles y vetustos. El aprecio que desde antiguo tuviera la Comunidad al buen canto lo denota la importancia que siempre concediera al oficio de cantora, que era el más eminente después del de Priora, y el hecho de existir un Coro para las religiosas y otro ocupado por veintiún capellanes seculares, circunstancia que hace pueda llamarse dúplice esta Real Casa en cierto modo77, y que con Capilla de Música adecuada llevaba a celebrar las funciones eclesiásticas con solemnidad y aparato propios de las catedrales78.

Notas
68

GARIBAY, op. cit., pág. 147.

69

VALENTÍN CARDERERA Y SOLANO: Iconografía española, I, Madrid, 1855 y 1864, texto descriptivo de la Est. V.

70

No está enteramente resuelta la cuestión de saber con certeza los personajes que reposan en Las Huelgas. Cfr. MORENO CURIEL, op. cit., prólogo; FLÓREZ, XXVII, págs. 306-307; MUÑIZ, cap. XIII; AGAPITO Y REVILLA, cap. IV; RODRÍGUEZ, II, págs. 269 y 270.

A la puerta de la iglesia, y cual digna guardia de honor, hay numerosos sepulcros de caballeros de la Orden de la Banda, que se contentaban con tener allí una oscura y desconocida tumba, a la manera que los ricos hombres de Aragón se enterraban en el claustro de San Juan de la Peña, al pie de los sepulcros de sus Reyes. El único sepulcro que no abrieron los franceses es el de Don Fernando de la Cerda; se creyó hasta que se ha abierto, el día 29 de septiembre de 1942, que era el del padre del Rey Fundador del Monasterio. Había una tradición de que la Abadesa que permitiera abrir ese sepulcro se quedaría ciega. «Por mí pueden abrir: que no creo en agüeros», dijo la R. M. Esperanza, entonces Abadesa.

71

Vid. RODRÍGUEZ LÓPEZ, prólogo de su obra anteriormente citada. Es de gran valor, aunque un poco desordenada, la colección diplomática que publica este autor. Don Francisco Rodríguez Nebreda, padre del autor que acabamos de citar, escribió unos apuntes históricos sobre el Monasterio de Las Huelgas. El cuaderno está, sin archivar, en poder de la Comunidad.

72

El 16 de julio, aniversario de la batalla de las Navas, tremola desde la clave toral de la iglesia del Monasterio de Las Huelgas una tela que, según tradición no interrumpida, es una insignia conquistada a Hixem II. No parece que sea el estandarte de Hixem, porque ni en el color ni en las inscripciones coincide con la descripción que hacen los historiadores árabes. Más bien debe de ser un paño de la tienda roja de los miramamolines (cfr. FRANCISCO FERNÁNDEZ Y GONZÁLEZ: Pinturas sobre materias textiles, con aplicación a insignias cortesanas y militares. Ti. raz de Hixem II. Enseña del Miramamolín Mohammad An-Nasir en la batalla de las Navas, en «Museo Español de Antigüedades», tomo VI, Madrid, 1875, págs. 463-475). Hoy este famoso paño de las Navas se guarda, en una vitrina, en la sala capitular. El que pende de la bóveda de la iglesia es una reproducción moderna.

73

Cfr. Historia de la Arquitectura cristiana española en la Edad Media, III, Madrid-Barcelona, 1930, pág. 334; una ligera indicación sobre Las Huelgas puede verse también en otro trabajo del mismo autor: Los grandes monasterios españoles, Madrid, 1920, págs. 17 y s., y con anterioridad en sus Notas sobre algunos monumentos de la Arquitectura cristiana española, Madrid, 1901, pág. 20.

74

Sobre las diversas influencias artísticas que se recogen en Las Huelgas, vid. ENLART: Les Origines françaises de l'architecture gothique en Espagne et en Portugal, en «Bulletin Archéologique», 1894, pág. 180; STREET: Some Account of gothic Architecture in Spain, segunda edición con notas de GODDARD, Londres y Nueva York, 1914, vol. II, págs. 38-42; y LAMBERT: L'art gothique en Espagne aux XII' et XIII' siècles, París, 1931, págs. 195-201.

Una descripción minuciosa de 'la arquitectura del Monasterio puede verse en la obra citada del arquitecto español AGAPITO Y REVILLA, páginas 83-153. Los caracteres de la puerta de la capilla mudéjar del Salvador fueron descritos por AMADOR DF LOS Ríos: España. Sus monumentos y artes. Su naturaleza e historia. Burgos, Barcelona, 1888, cap. XVII, páginas 720 y s. Sobre la iglesia y otras partes del edificio, consultar LEOCADIO CANTÓN SALAZAR: Apuntes para una guía de Burgos, comprobados y ordenados por Julio García de Quevedo, Burgos, 1888, pág. nas 75 y s.

75

La Abadesa Doña Inés de Mendoza, en la visita que Don Carlos II hiciera a la Real Casa, dispuso se ajustasen algunos músicos de la ciudad de Burgos, a los cuales se les dio, para que las cantasen, »algunas letras hechas a este propósito».

76

Vid. el estudio del ilustre sacerdote D. HANGLÉS : El Códex Musical de Las Huelgas. Música a veus deis segles XIII-XIV. Institut D'Estudis Catalans: Biblioteca de Catalunya, 3 vols., Barcelona, 1931.

77

Cfr. MUÑIZ, op. cit., tomo V, pág. 173.

78

Cfr. FLÓREZ, op. cit., XXVII, pág. 291.