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En las cosas del Padre

Pienso que nos ayudará a terminar mejor estas reflexiones un pasaje del Evangelio de San Lucas, en el capítulo segundo. Cristo es un niño. ¡Qué dolor el de su Madre y el de San José, porque –de vuelta de Jerusalén– no venía entre los parientes y amigos! ¡Y qué alegría la suya, cuando lo distinguen, ya de lejos, adoctrinando a los maestros de Israel! Pero mirad las palabras, duras en apariencia, que salen de la boca del Hijo, al contestar a su Madre: ¿por qué me buscabais?34.

¿No era razonable que lo buscaran? Las almas que saben lo que es perder a Cristo y encontrarle pueden entender esto... ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas que miran al servicio de mi Padre?35. ¿Acaso no sabíais que yo debo dedicar totalmente mi tiempo a mi Padre celestial?

Notas
34

Lc II, 49.

35

Lc II, 49.

Referencias a la Sagrada Escritura
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