734 |
 |
"Esta es vuestra hora y el poder de las tinieblas". Luego, ¿el hombre pecador tiene su hora? Sí..., ¡y Dios su eternidad!
|
735 |
 |
Si eres apóstol, la muerte será para ti una buena amiga que te facilita el camino.
|
736 |
 |
¿Has visto, en una tarde triste de otoño, caer las hojas muertas? Así caen cada día las almas en la eternidad: un día, la hoja caída serás tú.
|
737 |
 |
No has oído con qué tono de tristeza se lamentan los mundanos de que "cada día que pasa es morir un poco"?
Pues, yo te digo: alégrate, alma de apóstol, porque cada día que pasa te aproxima a la Vida.
|
738 |
 |
A los "otros", la muerte les para y sobrecoge. A nosotros, la muerte la Vida nos anima y nos impulsa.
Para ellos es el fin: para nosotros, el principio.
|
739 |
 |
No tengas miedo a la muerte. Acéptala, desde ahora, generosamente..., cuando Dios quiera..., como Dios quiera..., donde Dios quiera. No lo dudes: vendrá en el tiempo, en el lugar y del modo que más convenga..., enviada por tu Padre-Dios. ¡Bienvenida sea nuestra hermana la muerte!
|
740 |
 |
¿Qué pieza del mundo se desquiciará si yo falto, si muero?
|
741 |
 |
¿Ves cómo se deshace materialmente, en humores que apestan, el cadáver de la persona querida? Pues, ¡eso es un cuerpo hermoso! Contémplalo y saca consecuencias.
|
742 |
 |
Aquellos cuadros de Valdés Leal*, con tanta carroña distinguida obispos, calatravos en viva podredumbre, me parece imposible que no te muevan.
Pero ¿y el gemido del duque de Gandía**: no más servir a señor que se me pueda morir?
* Leal: pintor español, famoso por sus cuadros sobre la muerte.
** Duque de Gandía: futuro San Francisco de Borja.
|
743 |
 |
Me hablas de morir "heroicamente". ¿No crees que es más "heroico" morir inadvertido en una buena cama, como un burgués..., pero de mal de Amor?
|
744 |
 |
Tú si eres apóstol no has de morir. Cambiarás de casa, y nada más.
|
745 |
 |
"Ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos", rezamos en el Credo. Ojalá no me pierdas de vista ese juicio y esa justicia y... a ese Juez.
|
746 |
 |
¿No brilla en tu alma el deseo de que tu Padre-Dios se ponga contento cuando te tenga que juzgar?
|
747 |
 |
Hay mucha propensión en las almas mundanas a recordar la Misericordia del Señor. Y así se animan a seguir adelante en sus desvaríos.
Es verdad que Dios Nuestro Señor es infinitamente misericordioso, pero también es infinitamente justo: y hay un juicio, y El es el Juez.
|
748 |
 |
Anímate. ¿No sabes que dice San Pablo, a los de Corinto, que "cada uno recibirá su propio salario, a medida de su trabajo"?
|
749 |
 |
Hay infierno. Una afirmación que, para ti, tiene visos de perogrullada. Te la voy a repetir: ¡hay infierno!
Hazme tú eco, oportunamente, al oído de aquel compañero... y de aquel otro.
|
750 |
 |
Oyeme, hombre metido en la ciencia hasta las cejas: tu ciencia no me puede negar la verdad de las actividades diabólicas. Mi Madre, la Santa Iglesia durante muchos años: y es también una laudable devoción privada ha hecho que los Sacerdotes al pie del altar invoquen cada día a San Miguel, "contra nequitiam et insidias diaboli" contra la maldad y las insidias del enemigo.
|
751 |
 |
El cielo: "ni ojo alguno vio, ni oreja oyó, ni pasaron a hombre por pensamiento las cosas que tiene Dios preparadas para aquellos que le aman".
¿No te empujan a luchar esas revelaciones del apóstol?
|
752 |
 |
Siempre. ¡Para siempre! Palabras manoseadas por el afán humano de prolongar de eternizar lo que es gustoso.
Palabras mentirosas, en la tierra, donde todo se acaba.
|
753 |
 |
Esto de aquí es un continuo acabarse: aún no empieza el placer y ya se termina.
|