¿Cómo va ese corazón? No te me inquietes: los santos que eran seres bien conformados y normales, como tú y como yo sentían también esas "naturales" inclinaciones. Y si no las hubieran sentido, su reacción "sobrenatural" de guardar su corazón alma y cuerpo para Dios, en vez de entregarlo a una criatura, poco mérito habría tenido.
Por eso, visto el camino, creo que la flaqueza del corazón, no debe ser obstáculo para un alma decidida y "bien enamorada".