¡Qué claro el camino!... ¡Qué patentes los obstáculos!... ¡Qué buenas armas para vencerlos!... Y, sin embargo, ¡cuántas desviaciones y cuántos tropiezos! ¿Verdad?
Es el hilillo sutil cadena: cadena de hierro forjado, que tú y yo conocemos, y que no quieres romper, la causa que te aparta del camino y que te hace tropezar y aun caer.