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No te vences, no eres mortificado, porque eres soberbio. —¿Que tienes una vida penitente? No olvides que la soberbia es compatible con la penitencia... —Más razones: la pena tuya, después de la caída, después de tus faltas de generosidad, ¿es dolor o es rabieta de verte tan pequeño y sin fuerzas? —¡Qué lejos estás de Jesús, si no eres humilde..., aunque tus disciplinas florezcan cada día rosas nuevas!

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