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Rechaza esos escrúpulos que te quitan la paz. —No es de Dios lo que roba la paz del alma.

Cuando Dios te visite sentirás la verdad de aquellos saludos: la paz os doy..., la paz os dejo..., la paz sea con vosotros..., y esto, en medio de la tribulación.

Referencias a la Sagrada Escritura
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