Sólo te preocupas de edificar tu cultura. Y es preciso edificar tu alma. Así trabajarás como debes, por Cristo: para que El reine en el mundo hace falta que haya quienes, con la vista en el cielo, se dediquen prestigiosamente a todas las actividades humanas, y, desde ellas, ejerciten calladamente y eficazmente un apostolado de carácter profesional.