Desilusionado. Vienes alicaído. ¡Los hombres te acaban de dar una lección! Creían que no los necesitabas, y rezumaban ofrecimientos. La posibilidad de que tuvieran que ayudarte económicamente unas pesetillas miserables convirtió la amistad en indiferencia.
Confía sólo en Dios y en quienes, por El, están unidos a ti.