Madera de santo. Eso dicen de algunas gentes: que tienen madera de santos. Aparte de que los santos no han sido de madera, tener madera no basta.
Se precisa mucha obediencia al Director y mucha docilidad a la gracia. Porque, si no se deja a la gracia de Dios y al Director que hagan su obra, jamás aparecerá la escultura, imagen de Jesús, en que se convierte el hombre santo.
Y la "madera de santo", de que venimos hablando, no pasará de ser un leño informe, sin labrar, para el fuego... ¡para un buen fuego si era buena madera!