Josemaría Escrivá Obras
687

Jesús: por dondequiera que has pasado no quedó un corazón indiferente. —O se te ama o se te odia.

     Cuando un varón-apóstol te sigue, cumpliendo su deber, ¿podrá extrañarme —¡si es otro Cristo!— que levante parecidos murmullos de aversión o de afecto?

Anterior Ver capítulo Siguiente