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Óyeme, hombre metido en la ciencia hasta las cejas: tu ciencia no me puede negar la verdad de las actividades diabólicas. Mi Madre, la Santa Iglesia —durante muchos años: y es también una laudable devoción privada— ha hecho que los Sacerdotes al pie del altar invoquen cada día a San Miguel, «contra nequitiam et insidias diaboli» —contra la maldad y las insidias del enemigo.

Referencias a la Sagrada Escritura
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