Me dices, de ese amigo tuyo, que frecuenta sacramentos, que es de vida limpia y buen estudiante. Pero que no "encaja": si le hablas de sacrificio y apostolado, se entristece y se te va.
No te preocupe. No es un fracaso de tu celo: es, a la letra, la escena que narra el Evangelista: "si quieres ser perfecto, anda y vende cuanto tienes, y dáselo a los pobres" (sacrificio)... "y ven después y sígueme" (apostolado).
El adolescente "abiit tristis" se retiró también entristecido: no quiso corresponder a la gracia.