No quieras ser mayor. Niño, niño siempre, aunque te mueras de viejo. Cuando un niño tropieza y cae, a nadie choca...: su padre se apresura a levantarle.
Cuando el que tropieza y cae es mayor, el primer movimiento es de risa. A veces, pasado ese primer ímpetu, lo ridículo da lugar a la piedad. Pero los mayores se han de levantar solos.
Tu triste experiencia cotidiana está llena de tropiezos y caídas. ¿Qué sería de ti si no fueras cada vez más niño?
No quieras ser mayor. Niño, y que, cuando tropieces, te levante la mano tu Padre-Dios.