"Et in meditatione mea exardescit ignis" Y, en mi meditación, se enciende el fuego. A eso vas a la oración: a hacerte una hoguera, lumbre viva, que dé calor y luz.
Por eso cuando no sepas ir adelante, cuando sientas que te apagas, si no puedes echar en el fuego troncos olorosos, echa las ramas y la hojarasca de pequeñas oraciones vocales, de jaculatorias, que sigan alimentando la hoguera. Y habrás aprovechado el tiempo.