Josemaría Escrivá Obras
1016

¡Sé generoso! No le pidas a Jesús ¡ni un consuelo!

    —¿Por qué?, me has preguntado. Porque, te he respondido, bien sabes que, aunque parezca que este Dios Nuestro está lejos, ¡está de asiento en el centro de tu alma, poniendo relieve divino en tu vida entera!

Anterior Ver capítulo Siguiente