Ama y busca la ayuda de quien lleva tu alma. En la dirección espiritual, pon al descubierto tu corazón, del todo ¡podrido, si estuviese podrido!, con sinceridad, con ganas de curarte; si no, esa podredumbre no desaparecerá nunca.
Si acudes a una persona que sólo puede limpiar superficialmente la herida..., eres un cobarde, porque en el fondo vas a ocultar la verdad, en daño de ti mismo.