Josemaría Escrivá Obras
218

Aparta de ti esa prudencia humana que te hace tan precavido, ¡perdóname!, tan cobarde.

    —¡No seamos personas de vía estrecha, hombres o mujeres menores de edad, cortos de vista, sin horizonte sobrenatural...! ¿Acaso trabajamos para nosotros? ¡No!

    Pues, entonces, digamos sin miedo: Jesús de mi alma, trabajamos para Ti, y... ¿nos vas a negar los medios materiales? Bien conoces lo ruines que somos; sin embargo, yo no me conduciría así con un criado que me sirviera...

    Por eso, esperamos, estamos seguros de que nos darás lo necesario para servirte.

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