 |
287 |
 |
Si notas que no puedes, por el motivo que sea, dile, abandonándote en El: ¡Señor, confío en Ti, me abandono en Ti, pero ayuda mi debilidad!
Y lleno de confianza, repítele: mírame, Jesús, soy un trapo sucio; la experiencia de mi vida es tan triste, no merezco ser hijo tuyo. Díselo...; y díselo muchas veces.
No tardarás en oír su voz: “ne timeas! ¡no temas!; o también: “surge et ambula! ¡levántate y anda!
|
 |
|
 |
 |
 |
|